Effects of fire management on the richness and abundance of central North American grassland land snail faunas

Resum

Efectos de la gestión con fuego sobre la riqueza y abundancia de la fauna de caracoles terrestres de las praderas de América del Norte

Se analiza la fauna de caracoles terrestres de 72 praderas en mesetas y llanuras de la región central de América del Norte. En 16 de ellas se habían efectuado intervenciones de incendio controlado durante los últimos 15 años, mientras en el resto no. Se observaron un total de 91.074 individuos de 72 especies diferentes. La riqueza en especies estaba reducida en un 30% en las áreas quemadas, mientras que la abundancia de individuos estaba reducida en un 50–90%. Un ANOVA unidireccional de todas las áreas (usando como variable independiente el tipo de intervención), un ANOVA bidireccional completo (usando el tipo de intervención y el tipo de pradera) en todas las áreas y un ANOVA bidireccional limitado a 26 áreas agrupadas según su tipo de hábitat y localización geográfica, demostró en todos los casos una reducción altamente significativa de la riqueza y de la abundancia (hasta p < 0,0005) en áreas sometidas a incendio. Un análisis individual de las especies mediante tablas de contingencia demostró que el 44% experimentaron una reducción significativa de su abundancia en las áreas quemadas. Sólo seis especies respondieron positivamente al fuego. Comparando la respuesta al fuego con las preferencias ecológicas generales de estas especies se demostró que al menos el 72% de las especialistas que viven en sustrato herbáceo fueron afectadas negativamente por el fuego mientras que el 67% de las que viven en sustrato húmico no demostraron ninguna respuesta significativa. Estas diferencias fueron altamente significativas (p = 0,0006). Así pues, el uso frecuente del fuego representa una amenaza significativa para la salud y diversidad de las comunidades de caracoles terrestres de las praderas de América del Norte. La protección de esta fauna requerirá la preservación de las capas de materia orgánica y la ampliación de los intervalos entre las actuaciones de quema a periodos superiores a 15 años, así como el uso de métodos más diversos para eliminar las plantas leñosas e invasivas.